martes, 10 de mayo de 2016

Continuación de La Casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca

            
               La Casa de Bernarda Alba:

(Se encuentran en un patio interior de un color azul pálido, con unas sillas antiguas y sofás con estampados de flores rosas y amarillas con una pequeña mesa de madera al lado de uno de los sofás de flores.)

Angustias:(A las cuatro de la madrugada)¿Donde estará Adela? (Preguntandole a la Poncia).

La Poncia:No sé, en sus posaderas, supongo.¿Que hace usted despierta a estas horas? Vallase a dormir.

Angustias:Necesito hablar con ella, ayudeme a buscarla.

(Vuscaron por toda la casa sin resultados)

La Poncia: No estará en las cuadras con su caballo? No me gustaría revelar sus secretos, pero todas las noches a eso de las tres de la madrugada se va a las cuadras a ver a los caballos y a tomar el aire(Le dice llendo a las cuadras).

Angustias: (Abriendo las puertas de las cuadras)¡¡¡¿Como has podido?!!!!

(Las dos mujeres encuentran a Adela y a Pepe el Romano manteniendo relaciones sexuales en las cuadras)

La Poncia:(Dirijiendose a Adela) ¿Esto es lo que venías a hacer todas las noches aquí? No me puedo creer que te halla estado cubriendo todo este tiempo.

Adela: No te enfades hermana, no se puede luchar contra el amor, llevamos mucho tiempo enamorados en secreto, ya no podemos ocultarlo más.

Pepe el Romano:(Dirijiendose a Angustias) Eso es verdad, solo quería casarme contigo por la erencia, pero aquien de verdad quieros es a Adela, y siempre la querré, sin ocultarlo ni un minuto más.Losiento muchísimo, espero que puedas perdonarme, nací con lo justo para vivir, soy de familia pobre y quería sentirme rico por una vez.

Angustias:¡¡Tu callate ya!!(Dirijiendose a Adela), te odio eres la peor hermana que se puede tener,no conozco otra peor que tu, no me vuelvas a dirigir la palabra y ya te puedes esconder porque como se entere madre te va a matar.(Hablandole a Pepe de Romano) Y tu no esperes que te perdone en la vida, tu para mi has muerto hoy, y ya estoy haciendo un gran esfuerzo en no pegarte hasta matarte